2007-05-17

¿Quién ha dicho que sea fácil?













Debe ser vocacional, porque tu función debe ser parecida a la de un misionero.
Es necesario tener muy claro los conceptos básicos,
que como todo en la vida se basan en el saber, el saber hacer y el saber estar.

Uno se hará la pregunta de si merece la pena,
y posteriormente,
descubrirá que el que más se enriquece de este intercambio siempre es el que da,
aunque parezca una contradicción.

Es una actividad que sirve para crecer como persona.
Es decir,
tener la vocación de ayudar a crecer te hace crecer como persona.

No somos una isla.
El entorno, la interacción con los que nos rodean,
el establecer una comunicación eficaz que haga entender que a todos nos une lo más importante,
lo básico en la vida y, por lo tanto no hay competición, sino cooperación para crecer juntos,
cada uno en la medida de sus posibilidades y de su necesidad de crecimiento.

Y ¿Cuál es nuestro objetivo?
Simplemente crecer como personas.
Y la forma más gratificante es sembrando.
Porque no existe crecimiento personal mayor que el que se contagia a los demás
y provoca movimiento,
provoca que las estructuras mentales establecidas se replanteen y
mejoren para poder subir a un nuevo nivel.

¿Esto quiere decir que somos infalibles? Por supuesto que no.
Si tenemos las cosas claras, esto quiere decir justamente lo contrario.
 Pero no debemos tener miedo a fallar, de hecho, fallaremos.
Lo importante es entender el fallo como algo negativo, pero que tiene cierto componente positivo.
El fallo nos hace recapacitar, nos hace valorar los próximos aciertos y nos recuerda que no somos infalibles.

Obviamente necesitamos comprensión.
Aunque esto no debe ser nuestro motor.
Nuestro motor debe ser interno.
Si los que más te quieren no comprenden tu motivación, intenta exponerla, esto será muy difícil,
es como explicar por qué estás enamorado.

En cualquier caso tú sabes que esto no va a ser decisivo
a la hora de dejar el camino que hace tiempo tomaste.
Porque estás convencido de que si renuncias a seguir tu camino por “imposición” de los que más te quieren acabarás odiándote a ti mismo por haberte traicionado, por haberte dejado llevar.
Si renuncias al camino, que sea porque estás plenamente convencido
y que ese convencimiento sea fruto de una conversación contigo mismo, de una reflexión interna.

JB:“El amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es”

Quizás todo esto te suene a palabrería: habrá una parte de palabrería y otra parte de convicción personal.
Ojalá pudiera ser consecuente 100% con lo que significa mi ideal de persona,
con lo que quiero llegar a ser,
pero la realidad es más compleja que el negro sobre blanco (que escribir)
¿verdad?…

Me conformo con que tengas fe en mí.

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